Las enzimas proteolíticas de acción selectiva son biocatalizadores especializados que degradan proteínas específicas, en lugar de afectar a todas las proteínas indiscriminadamente. En el contexto del tratamiento del cáncer, estas enzimas están diseñadas para atacar las proteínas de tipo dextro, que las células tumorales han desarrollado para sobrevivir y proliferar.
En el organismo humano, los aminoácidos que componen nuestras proteínas son predominantemente de tipo L, como L-metionina, L-cisteína y L-arginina. Las proteínas naturales en nuestro cuerpo son conocidas como levógiras, lo que significa que su estructura química es tal que giran la luz polarizada hacia la izquierda.
Por otro lado, las proteínas dextrogiras, que son características de las células tumorales, han evolucionado para funcionar en entornos específicos. Estas proteínas suelen ser más estables en un medio ácido, lo que les permite prosperar en condiciones que serían adversas para las proteínas levógiras.
Al introducir enzimas proteolíticas de acción selectiva en el organismo, se puede descomponer y eliminar estas proteínas dextrogiras, privando así a las células tumorales de un elemento clave para su supervivencia. Este proceso implica la reducción de factores esenciales como sodio, nutrientes y un ambiente ácido que favorezca el crecimiento tumoral.
Cuando las células tumorales son despojadas de su soporte proteico, tienden a volverse anaeróbicas, es decir, dependen de procesos metabólicos que no utilizan oxígeno. Sin embargo, esta condición anaeróbica las hace vulnerables, ya que la exposición al oxígeno puede ser tóxica para ellas, induciendo la apoptosis o muerte celular.
La clave para lograr este enfoque terapéutico radica en la administración eficaz de estas enzimas proteolíticas de acción selectiva, que no solo atacan las proteínas de las células tumorales, sino que también restauran un entorno más propicio para la salud celular, favoreciendo la recuperación y el bienestar del paciente.