Terapia de órgano específico

Terapia de órgano específico

Es un método terapéutico por el que se proporciona una estimulación orgánica específica sobre el órgano humano afectado, empleando medicamentos que se obtienen a partir del correspondiente órgano de un animal sano. Esta terapia emplea en sus tratamientos diluciones de tejidos orgánicos, preparadas conforme a la metodología hahnemanniana.


Conviene hacer notar que no se trata aquí de la técnica conocida como Opoterapia, desarrollada desde que en 1904 se descubrieron las primeras hormonas y que usa concentraciones ponderales de extractos glandulares. Los principios terapéuticos de esta última podrían ser considerados como opuestos al órgano-terapia.


En efecto, la opoterapia es sustitutiva y, por tanto, englobada dentro de los conceptos alopáticos, sobre la curación, ya que trata de paliar los efectos de una carencia de secreciones glandulares, y lo hace administrando exactamente el extracto de aquella glándula cuya actividad está disminuida.

La fleboterapia órgano específica, al igual que la homeopatía, es reactiva, pues busca una estimulación o regulación adecuada del órgano o glándula que no esté funcionando adecuadamente, mediante la administración, en dosis infinitesimales, del órgano análogo al tejido enfermo.

La conclusión, a la vista de estos datos, es contundente: la identidad del órgano es la que actúa bajo el punto de vista inmunológico y terapéutico.

Cabría pensar que se requiere, para cada afección, la réplica exacta del órgano alterado; esto es así solo hasta cierto punto, ya que los órganos terapia ARTERIA es útil en cualquier dolencia arterial, sea esta pulmonar, aorta, bronquial, otros.

Conviene señalar que es precisamente en los procesos crónicos donde resulta más eficaz la prescripción órgano terapéutica, porque los síntomas crónicos son los que fundamentalmente cursan con una situación de generación de anticuerpos, situación idónea para paliarse con el remedio órgano terapéutico.

Igual que sucede con otros tratamientos homeoterápicos a veces la unión de varias cepas en la misma fórmula es recomendable, por la acción sinérgica de estos.

Está suficientemente probado que cuando se administra una sustancia fisiológica específica de forma exógena, la estructura orgánica encargada de la producción endógena de dicha sustancia en el individuo entra en hipofunción, hasta casi llegar a su total incapacidad funcional.

Esto se puede apreciar fácilmente en los enfermos diabéticos insulinodependientes. Cuando las células beta de los islotes de Langerhans tienen una función disminuida, no se secreta suficiente cantidad de insulina, apareciendo el síndrome diabético. Si el nivel insulínico es tan bajo que se hace necesario administrar la hormona de forma externa, el páncreas del enfermo, a partir de ese momento, dejará definitivamente de secretar la poca insulina que sintetizaba antes del aporte externo. La fleboterapia órgano-específica, consciente de esto, persigue una estimulación específica del órgano enfermo, mediante mecanismos inmunológicos producidos por la administración de dosis infinitesimales del órgano análogo al tejido enfermo.

En general, se consideran tres tipos diferentes de fleboterapia, en función de que se busca es una estimulación, se emplearán niveles de dilución bajos, si se busca una disminución de la actividad orgánica, se utilizarán altos niveles y, - si se busca una regulación la dosis adecuada es intermedia.

Esta regla solo es útil para los órganos glandulares de secreción endocrina. Para el resto, dado que lo que suelen necesitar los elementos anatómicos es generalmente una estimulación, se emplearán siempre niveles de dilución bajo.

Indicaciones para restablecer el funcionamiento de órganos afectados.

 

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